Sanidad Canaria

13/12/2019

Beber alcohol o consumir drogas antes de ponerse al volante está completamente prohibido y, por eso, se suelen llevar a cabo controles en la carretera que intentan reducir las posibilidades de que una persona ebria termine causando un accidente de tráfico. Sin embargo, poco se habla de los fármacos que "pueden alterar de manera importante la capacidad de conducción", según la Dirección General de Tráfico (DGT).

Aunque sean fármacos autorizados, muchos pueden adquirirse sin una receta médica y es por esto por lo que resulta conveniente saber qué efectos pueden provocar durante la conducción. Por ello, es indispensable leer con detenimiento el prospecto y prestar atención a un pictograma que aparece en los medicamentos cuyo consumo puede causar una conducción poco segura. Este "no prohíbe la conducción", pero sí advierte de sus efectos, como expone la DGT.

Como indica la DGT, desde el año 2007, gracias al Real Decreto 1345/2007, del 11 de octubre, "se exige que todos los medicamentos que afecten a la capacidad de conducir [...], deben incluir en su cartonaje un pictograma". De esta forma, se alerta a las personas sobre los peligros de los fármacos para que puedan leer el prospecto y sepan cómo proceder tras consumirlos.

 

¿Cuáles son los fármacos más utilizados?

Tanto la DGT como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) han conseguido recopilar cuáles son los fármacos que más se utilizan y que tienen un efecto importante en el momento en el que nos ponemos al volante

  • Analgésicos opiáceos: están destinados a tratar el dolor, por ejemplo, los antimigrañosos. Pueden provocar somnolencia, disminución de la capacidad de concentración y reacción, debilidad o mareos.
  • Antiepilépticos: son fundamentales para tratar la epilepsia, un trastorno neurológico, pero causan somnolencia, mareos, visión borrosa, fatiga y sensación de debilidad.
  • Ansiolíticos: permiten tratar la ansiedad y, por ello, suelen provocar una gran somnolencia, lo que disminuye la capacidad de concentración y reacción.
  • Hipnóticos sedantes: sirven para tratar los trastornos del sueño, como los problemas de insomnio. No obstante, suelen causar una fuerte somnolencia que impide que se pueda mantener la atención en la carretera.
  • Antidepresivos: el incremento de la depresión ha hecho que las recetas de antidepresivos se hayan disparado, un medicamento que causa nerviosismo, ansiedad, somnolencia, alteración de la coordinación y visión borrosa.
  • Antihistamínicos de primera generación: destinados para combatir y tratar las alergias estacionales o de diferente índole, suelen causar somnolencia, capacidad de reacción reducida y visión borrosa si se suministran mediante un colirio.
  • Antigripales y anticatarrales: los medicamentos que se pueden adquirir en las farmacias sin receta para poder combatir los síntomas de la gripe o el catarro pueden provocar somnolencia que afecte a la conducción.

Debido a todos los efectos secundarios presentes en estos medicamentos, la AEMPS recomienda que siempre que se comience a tomar un fármaco nuevo, tenga este receta o no, debe preguntársele al médico de cabecera si existen riesgos asociados a la conducción.

¿Cuándo se debe prestar una especial atención?

Atender a los efectos adversos de los medicamentos que presentan el pictograma correspondiente es especialmente importante en los casos en los que se trabaje como transportista, comercial o paquetería, por ejemplo. La necesidad de tener que estar circulando por carretera la mayor parte del tiempo debe ser un motivo por el que extremar las precauciones o modificar la hora de consumo de alguno de los fármacos ya expuestos.

Además, en el caso de que se inicie una nueva dosis o se esté combinando la toma de varios medicamentos al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que los efectos pueden ser mucho más notorios. Con todo, no podemos olvidarnos de que el consumo de alcohol, en estos casos, solo hará aumentar los efectos de somnolencia, náuseas o una menor capacidad de reacción que pueden poner en riesgo la propia vida y la de los demás en el momento de conducir.

¿Cómo deben proceder los profesionales de la salud?

La DGT lo tiene muy claro y es que los profesionales de la salud, sean estos médicos o farmacéuticos, deben siempre informar a los pacientes de los riesgos asociados a la conducción de los fármacos que se dispensen con o sin receta médica. 

De hecho, indica que "Es responsabilidad del profesional sanitario, fundamentalmente de aquel que prescribe el medicamento, pero también del que lo dispensa, poner en conocimiento del usuario los efectos que dicho medicamento puede tener". Asimismo, insiste en que estos profesionales deben "dar las recomendaciones oportunas" para que los fármacos se tomen de la forma adecuada.

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